AYMARAN DOLL BOLIVIA

La Moda si puede “predecir” el futuro.

La raza humana siempre ha dejado rastros de su existencia, de lo que piensa, y sobre su siguiente movida. Somos más predecibles de lo que nos gustaría admitir. Nos levantamos, tomamos una taza de café, “existimos”, y de ahí en adelante (ya de manera un poco más consciente) vamos tirando señales de quienes somos por todas partes.

La moda es una gran caja de resonancia para la humanidad, ya sea que la usemos por primera necesidad (no morirnos de frio) o para mostrarnos únicos y diferentes ante el resto. La ropa es una extensión de nosotros a nivel personal y colectivo.

Solamente basta recordar cuáles eventos históricos estaban aconteciendo y que tendencias eran las que más predominaban a nivel mundial en ese momento. Pareciera que ocurre algo y la industria de la moda inmediatamente nos da su punto de vista, pero ¿y si fuese al revés? ¿y si aparecen ciertas tendencias primero como preámbulo de hechos que nos marcarán como humanidad? Si, suena bastante a teoría conspirativa, pero la industria de la moda nunca ha sido ajena a los grandes cambios sociales y políticos.

Tomemos como ejemplo la actual pandemia. Un par de años antes de que empiece la crisis del covid19, las sudaderas, los pantalones de tela inspirados en pijamas y las pantuflas afelpadas (por nombrar solamente algunos) se imponían en pasarelas y en el streetstyle en todas partes.

Todos estos elementos se llevaron de manera más íntima y menos pretenciosa dentro de nuestros hogares cuando tuvimos que encerrarnos (obviamente este análisis excluye a personas en situación de calle). Fue como si los grandes diseñadores nos hubiesen dado un vistazo de cómo íbamos a estar viviendo los próximos meses. El estilo se empezó a ejercer de manera diferente por: el teletrabajo; las horas frente al televisor o computador viendo Netflix; los momentos de angustia mirando por la ventana; y el luto por los familiares o amigos que fallecieron (entre otros). Cuando una persona cambia de contexto, piensa diferente, y cuando piensa diferente, se viste diferente.

Ciertamente ya no somos las mismas personas de antes de la pandemia, y esto se refleja en nuestra ropa, y otro aspecto importante es que, aunque nadie nos vea, seguimos ejerciendo nuestro propio estilo, pero de manera autentica y revelando libremente partes que no nos gustaban tanto. Lo irónico de esto, es que más temprano que tarde, las grandes tiendas nos manufacturarán y venderán el estilo personal que todos desarrollamos a nivel colectivo y lo llamarán “tendencia”.

Hubo otros momentos en que la moda se “adelantó” unos meses a hechos más que relevantes. Tiempo antes de que ocurriese el atentado con las Torres Gemelas en Estados Unidos, las diferentes pasarelas mostraban estampados camuflados, el verde olivo era el color más usado y los metalizados estaban en todas partes. Posteriormente, todos estos elementos estaban muy a tono con la estrategia bélica de invadir Irak que tenía el presidente Bush.

¿Cuál será la próxima micro tendencia? Se puede apostar por los outfits bastante formales de la cintura para arriba e informales o pantalones de pijama de la cintura para abajo.

La idea no es fomentar teorías conspirativas, pero si develar que la moda es más que una industria en sí, o micro tendencias que van y vienen. La moda es un ente independiente que tiene vida por sí misma, y mediante sus procesos orgánicos nos lanza pistas de en dónde estamos parados y a dónde nos dirigimos como humanidad.